sábado, 21 de agosto de 2010

OPINION: ¿Tener un Cinturón Negro o Ser un Cinturón Negro?

En algún momento de nuestro proceso de aprendizaje, hemos de preguntarnos respecto del momento en que obtengamos nuestra tan ansiada “faja o cinturón negro”.

Sobre este punto y en un sentido amplio, algunos pueden plantear respecto de lo que prefieren: ¿Tener un cinturón negro o Ser un cinturón negro?

Este interrogante y según la posición que cada uno quiera adoptar es simple de responder. Para ello, basta desarrollar algunos conceptos.

Conceptos de “tipos de respeto” que tendrán que ser tenidos en cuenta por cualquiera que pretenda ser o tener una faja negra. Y si bien estos tipos de respeto pueden relacionarse entre sí, convengamos en otorgarle una Jerarquía entre ellos.

El primero de ellos o lo que llamaríamos el “Respeto Jerárquico” es aquel que identificamos ni bien iniciamos una actividad organizada donde nosotros (los nuevos en el grupo) advertimos que existe, al menos, “un jefe” que determina las actividades a ejecutar.

Ciertamente, cuando ingresamos y permanecemos en una institución notamos claramente quien es “el que manda” y a quien debemos obedecer y, en consecuencia, brindar el respeto que se nos exige.

Es, quizás, el más “básico” de todos los respetos.

Ascendiendo, encontramos el segundo escalón. A nuestro modo de ver, es el que podríamos indicar como “Respeto Técnico”.

Por medio de él identificamos la calidad técnica de quien está al frente de nosotros. Este tipo de respeto “habla” claramente de la cantidad y calidad de conocimientos técnicos de que dispone nuestro líder (jefe, profesor, instructor, etc.).

En nuestro ámbito marcial, es probable que nuestros alumnos nos respeten en base a la calidad técnica con que ejecutamos una acción (v.g.: un patada “circular”, remarcar una errónea posición de combate, etc.).

En el último escalón, en el máximo nivel de lo que entenderíamos en nuestra Jerarquía de Respetos, nos encontramos con lo que llamaríamos el “Respeto Personal”.

Claramente, este tipo de respeto no tiene nada que ver con la actividad específica que desarrollemos y, por cierto, tampoco se desprende en una organización jerárquica de trabajo, estudios o actividad en general.

Y, si bien hemos experimentado que este tipo de respeto es el último que podemos descubrir en nuestra actividad con otras personas, No es menos cierto que probablemente sea el más relevante de todos los tipos de respetos que definimos.

Retomando nuestra cuestión inicial: ¿Tener un Cinturón Negro o Ser un Cinturón Negro? y en base a lo visto en los párrafos anteriores, podríamos decir que:

“Ser un cinturón negro” NO es solamente disponer de un “respeto jerárquico” que deben brindarte los practicantes con graduaciones inferiores en un simple formalismo de tipo militar.

También es sentirse obligado a ganarse el “respeto técnico” de los practicantes, esforzándonos día a día con el objeto de mostrar nuestras calidades técnicas marciales.

Pero también y no menos importante que los anteriores, es sentirse obligado a ganarnos el “respeto personal” mostrando que NO somos, únicamente, personas que tienen una buena capacidad de combate o realizadores de formas o excelentes “tiradores de patadas”.

Y si bien lo anterior es aplicable más allá de las artes marciales, algunos todavía no lo han descubierto.

Humildemente,