lunes, 8 de septiembre de 2008

OPINION: Kung-Fu, el primer aprendizaje

Es bien sabido la cantidad de conocimientos y beneficios obtenidos mediante la práctica de las artes marciales en general. Obviamente, en la medida que las mismas respeten las tradiciones y principios que rigen este tipo de actividades.

El Kung-Fu, la mas antigua de las artes marciales para algunos, no es la excepción. Tales beneficios pueden ser advertidos desde los tiempos en que el monje hindú Bodhidarma introdujera su sabiduría en el templo chino Shaolin, en los años 500 de la era cristiana, hasta nuestros días.

Sin desarrollar una lista taxativa de beneficios, podríamos mencionar:

  • La mejora en el aspecto físico que conlleva, necesariamente, a una mejora en el rendimiento intelectual;
  • La adquisición de técnicas para la defensa personal;
  • Una real comprensión del término “arte” cuando observamos las formas de manoslibres, también conocidas como taolu;
  • Una real comprensión del término “marcial” cuando observamos el combate, también conocido como sanshou, entre distintos practicantes.
Factores estos que, unidos a un líder natural (maestro, profesor), resultan fundamentales para posibilitar el desarrollo psico-físico. Esto es: nuestro desarrollo personal.

Sin embargo y sin menospreciar los beneficios enunciados, pretendo poner especial atención en aquel aprendizaje que, según el suscripto, representa el primero de los conocimientos. El primero de los beneficios. Esto es: el primer aprendizaje.

Me refiero, estrictamente, al significado del término “Kung-Fu”. Y, particularmente, a su sentido e interpretación.

En líneas generales, el término Kung-fu denota maestría o un importante grado de especialización en algún ámbito que puede no ser, necesariamente, marcial. Y podemos advertirlo en la medida que obtengamos la traducción de los vocablos: Kung (Trabajo) y Fu (Sabiduría).

Con esta visión, esta maestría no es consecuencia de la casualidad. Todo lo contrario. Pone especial énfasis en el trabajo ó esfuerzo que debemos afrontar para adquirir el nivel de especialización referido.

Trabajo y Esfuerzo en un sentido amplio. Como aquel que realizamos para la obtención de un título de grado universitario, la construcción de nuestra propia vivienda, la crianza de nuestros hijos o, siendo mas pragmáticos, “salir a ganarnos el peso para nuestra subsistencia, día a día”.

Después de lo expuesto, entendemos que no solo “trabajamos” duro en las prácticas de Kung-Fu sino que, también, podemos hacer “Kung-Fu” (esforzarnos) en cada uno de nuestros emprendemientos cotidianos.

Luis

jueves, 4 de septiembre de 2008

FOTO: Daniel, el profe, años atrás




Daniel, uno de los profe, años atrás. En las 3 primeras: prácticas de Kung-Fu.
En las 2 siguientes, practicando otro arte marcial.