sábado, 27 de diciembre de 2008

FOTO: Manuel, acompañado

Manuel, a veces acompañado en las prácticas por sus padres pero, casi siempre, por Juani (la pequeña china "rubia").

domingo, 7 de diciembre de 2008

FOTO: Seminario y maestros

Foto del último seminario de BJJ (Brazilian Jiu-Jitsu) dictado por el maestro Rolker Gracie en Argentina, el pasado 22 de noviembre en la ciudad de La Plata.

Siempre hay algo mas para aprender. En especial de los maestros (de derecha a izquierda): Ruben Braun, Carlos Triolo, Rolker Gracie y Jorge Zeki.

martes, 2 de diciembre de 2008

FOTO: Iván, incansable



Iván, incansable.

Parece pequeño pero trabaja como un grande. A veces, cuando todos finalizamos el entrenamiento, él aún tiene energía para continuar.

sábado, 22 de noviembre de 2008

VIDEO: Emanuel, "Kip Up"

El conocido "Kip up". Luego de varios ensayos infructuosos, Emanuel nos muestra su logro. Perseverencia y coordinación: dos elementos fundamentales para su realización.

sábado, 15 de noviembre de 2008

FOTO: Damas, también

Damas, también. Aquí: Michelle y Yanina (amigas).

Habitualmente, no son partidarias de la lucha.

Sin embargo, el Kung-Fu brinda a señoritas y señoras la posibilidad de realizar movimientos estéticos durante el entrenamiento de formas (taolu).

sábado, 8 de noviembre de 2008

OPINION: Buscando el equilibrio

Es frecuente ver que los profesores de artes marciales dediquen, conjuntamente con sus alumnos, largas horas a práctica de las Formas de manos vacías y/ó al entrenamiento de Combate. Es decir, Formas y Combate pueden ser considerados como “rutinas” en nuestras clases.

Sin embargo y conforme a mi experiencia, la mayoría de los practicantes nos planteará o se plantearán en algún momento las siguientes preguntas: ¿Es necesario hacer Formas? ¿Es necesario hacer Combate?

Estos planteos dependerán de distintos factores pero, necesariamente, estarán influenciados por la orientación que tenga cada practicante. Cada alumno podrá preguntarse o preguntarnos, exclusivamente, sobre uno de estos aspectos o, eventualmente, sobre ambos.

En términos concretos: Es probable que a aquellos que le resulte tedioso o agotador, se pregunten respecto de la necesidad de hacer Formas en tanto que aquellos que puedan sentir temor por el riesgo físico tengan un planteo respecto de la necesidad de hacer combate.

Adicionalmente, el planteo podrá ser interno o externo dependiendo del grado de relación existente entre alumnos y profesores.

Estas reflexiones me recuerdan cuando, siendo menor y con poco tiempo de práctica en estas artes, “arrastraba los pies” o “trastabillaba” mientras hacía una Forma con muy poca convicción de trabajo.

Tengo presente que, cuando hacía este tipo de preguntas, recibía respuestas que en ese momento me parecían vacías, carentes de sentido. Esas mismas respuestas que, aún hoy, muchos utilizamos tales como: “hacemos las formas porque son parte del estilo que practicamos”, “hacemos formas porque es parte de nuestra escuela”, “hacemos formas porque son parte de las artes marciales”, etc.

Finalmente, cinco años me llevaron comprender frases como las citadas. Realmente, fue mucho tiempo pero valió la pena.

Por si alguno de ustedes aún mantiene “pendientes” este tipo de interrogantes, me permito compartir mi “visión” al respecto.

Hoy las respuestas a estas preguntas me resultan simples, más claras. Ambos son igualmente necesarios: Formas y Combate. De hecho, ambos resultan complementarios en la búsqueda del equilibrio.

La Formas, por su lado, incorporan y realzan la técnica. Exaltan el trabajo energético interno y, según los casos, advertimos una exhibición estética. No solo eso. Tras ellas, existen años de historia de arte marcial y, con esa historia, la de un estilo en particular.

El Combate, por su parte, nos brinda la posibilidad de adquirir velocidad de reacción, capacidad para actuar bajo presión en el trabajo o en un accidente y, obviamente, el poder defendernos de una agresión física. Exaltan, entonces, un trabajo energético externo.

Entonces…: ¿Por qué hacemos Formas? ¿Por qué hacemos Combate?

Simplemente, porque hacemos artes marciales y no danzas artísticas ni peleas callejeras como algunos pensarían, erróneamente. Porque buscamos el equilibrio y la mejora.

Pero, especialmente, porque si comprendemos que lo que hacemos son “artes marciales” no solo vamos a encontrar el equilibrio en nuestro disciplina sino, también, en nosotros mismos.

Daniel

jueves, 6 de noviembre de 2008

FOTO: Lugar, tradicional

En un barrio tradicional, existe un club tradicional donde podemos realizar un "práctica deportiva tradicional".

En el primer piso, trabajamos duramente en un ambiente amigable.

domingo, 26 de octubre de 2008

FOTO: Mauro, apertura

Mauro, estudiante de Odontología, nos muestra su esfuerzo para maximizar la apertura de piernas, hecho relevante para la técnica de "patada descendente".

jueves, 23 de octubre de 2008

FOTO: Julián, flexible

Julián, con apenas 9 años, nos muestra sus habilidades.

Claro: a simple vista, parece bastante incómodo. Sin embargo, con frecuencia, July nos brinda la oportunidad de aprender de su flexibilidad.

lunes, 8 de septiembre de 2008

OPINION: Kung-Fu, el primer aprendizaje

Es bien sabido la cantidad de conocimientos y beneficios obtenidos mediante la práctica de las artes marciales en general. Obviamente, en la medida que las mismas respeten las tradiciones y principios que rigen este tipo de actividades.

El Kung-Fu, la mas antigua de las artes marciales para algunos, no es la excepción. Tales beneficios pueden ser advertidos desde los tiempos en que el monje hindú Bodhidarma introdujera su sabiduría en el templo chino Shaolin, en los años 500 de la era cristiana, hasta nuestros días.

Sin desarrollar una lista taxativa de beneficios, podríamos mencionar:

  • La mejora en el aspecto físico que conlleva, necesariamente, a una mejora en el rendimiento intelectual;
  • La adquisición de técnicas para la defensa personal;
  • Una real comprensión del término “arte” cuando observamos las formas de manoslibres, también conocidas como taolu;
  • Una real comprensión del término “marcial” cuando observamos el combate, también conocido como sanshou, entre distintos practicantes.
Factores estos que, unidos a un líder natural (maestro, profesor), resultan fundamentales para posibilitar el desarrollo psico-físico. Esto es: nuestro desarrollo personal.

Sin embargo y sin menospreciar los beneficios enunciados, pretendo poner especial atención en aquel aprendizaje que, según el suscripto, representa el primero de los conocimientos. El primero de los beneficios. Esto es: el primer aprendizaje.

Me refiero, estrictamente, al significado del término “Kung-Fu”. Y, particularmente, a su sentido e interpretación.

En líneas generales, el término Kung-fu denota maestría o un importante grado de especialización en algún ámbito que puede no ser, necesariamente, marcial. Y podemos advertirlo en la medida que obtengamos la traducción de los vocablos: Kung (Trabajo) y Fu (Sabiduría).

Con esta visión, esta maestría no es consecuencia de la casualidad. Todo lo contrario. Pone especial énfasis en el trabajo ó esfuerzo que debemos afrontar para adquirir el nivel de especialización referido.

Trabajo y Esfuerzo en un sentido amplio. Como aquel que realizamos para la obtención de un título de grado universitario, la construcción de nuestra propia vivienda, la crianza de nuestros hijos o, siendo mas pragmáticos, “salir a ganarnos el peso para nuestra subsistencia, día a día”.

Después de lo expuesto, entendemos que no solo “trabajamos” duro en las prácticas de Kung-Fu sino que, también, podemos hacer “Kung-Fu” (esforzarnos) en cada uno de nuestros emprendemientos cotidianos.

Luis

jueves, 4 de septiembre de 2008

FOTO: Daniel, el profe, años atrás




Daniel, uno de los profe, años atrás. En las 3 primeras: prácticas de Kung-Fu.
En las 2 siguientes, practicando otro arte marcial.




miércoles, 27 de agosto de 2008

INTRODUCCION: Nuestra Vocación,Las Artes Marciales

Quienes se iniciaron en esta temática en la década del ’70, no pueden menos que observar el desarrollo que han tenido las artes marciales en nuestro país y, en consecuencia, sus practicantes.

Este proceso de cambio y, a nuestro entender, de crecimiento no nos resulta gratuito. Al igual que en la evolucion de la especie humana, debemos pagar un precio por ella. Y, con frecuencia, resolver situaciones de conflicto tanto en nuestro rol de alumno como en el de docente.

Decimos que podemos advertir las consecuencias de esta evolución cuando transitamos caminos que, en algunos aspectos, parecen antagónicos.

Por citar algunos ejemplos, estos caminos van:

Desde la mística subyacente en estas disciplinas hasta los métodos mas racionales de la actividad; desde los estilos tradicionales de trabajo hasta aquellos denominados deportivos; desde aquellas antigüas enseñanzas de “tipo familiar” hasta las grandes entidades debidamente organizadas; desde los métodos “ad-honorem” de transmisión de conocimientos hasta aquellos que podrían definirse como altamente rentables; desde los conceptos filosóficos como causa natural para aprender estas artes hasta aquellos individuos que, exclusivamente, pretenden disponer únicamente de una “superioridad” en momentos de un combate; o, bien, desde danes (o thuanes) cuya graduación representa un verdadero salto en la escala personal del aprendizaje hasta aquellos que, ciertamente, parecen no dar indicios de este crecimiento.

Por supuesto, esta enumeración que deviene de la evolución podría continuar extensamente y presentarnos situaciones conflictivas con impacto al conjunto de las artes marciales y/o a cada individuo en particular.

La equívoca resolución de estos problemas son las razones que algunos utilizan para fundamentar que las artes marciales no han evolucionado. Todo lo contrario, han involucionado. Y, con ellas, la calidad de sus practicantes.

Todavía recuerdo las especiales palabras de un profesor: ...”las artes marciales ya no son lo que eran en nuestra época”.... en una clara manifestación de pérdida de valores en las mismas.

Sin embargo, todos aquellos que creemos en esta evolución, tanto de estas artes como de quienes las estudian, estamos convencidos en seguir enfrentando los desafíos que se presenten.

Prueba de ello, es la creación de este espacio: kungfuadrogue.blogspot.com.

Prueba de ello es, también, la voluntad manifiesta de todos los practicantes en nuestro kwoon de quienes, es justo reconocerlo, nos sentimos orgullosos.

Todo esto en virtud de nuestra vocación: Las Artes Marciales.

Luis y Daniel